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Descubriendo el momento presente

La vida hoy en día está llena de estímulos. Piensa en todas las cosas que ves, escuchas y percibes: películas, música, internet y redes sociales, móviles, etc. ¿Dónde está el momento presente?

Recordamos muchos de los eventos que han ocurrido. Cada experiencia queda registrada de alguna manera y las experiencias más intensas también tienen un componente emocional. Muchas personas me ha dicho que si ven una película demasiado violenta por la noche, luego tiene pesadillas. No duermen bien porque la mente ha sido perturbada. Las impresiones en la mente permanecen en el subconsciente y de allí que aparezcan a veces en los sueños. Estas experiencias terminan afectando toda nuestra vida a medida que las impresiones se van acumulando. 

¿Qué son las impresiones?

Piensa en los niños cuando empiezan a ir al colegio. Los niños y niñas a veces son muy duros entre ellos, se humillan, excluyen o son rechazados. A veces las emociones que sienten son tan intensas que no saben gestionarlas y esto les sobrepasa. Esta tensión llega a afectarlos durante toda su vida.

Cuando tenemos estas impresiones en nuestro sistema, la mente se estimula y pasa mucho tiempo oscilando entre el pasado y el futuro. Evocamos continuamente el pasado, aun si el recuerdo en sí no es tan nítido. 

A menudo tengo la experiencia de conducir a algún lugar con la radio encendida y suena alguna canción que estaba de moda cuando estaba en el instituto. No sólo recuerdo perfectamente la canción, sino que me invade un cierto sentimiento. La canción está ligada a sentimientos que tenía cuando era joven y éstos se hacen vívidos de nuevo. Resulta curioso cómo las impresiones del pasado pueden ser tan poderosas. 

Después, por supuesto, la mente a menudo se va al futuro, lo que suele traducirse en planear o en preocuparse. Nos pasamos el día planeando hacer algo que nos hará más felices o estamos preocupados por lo que nos podría pasar. 

La mente termina pasando más tiempo en el pasado y en el futuro que en el momento presente. Se ha hablado mucho y se han publicado muchos libros y seminarios sobre habitar en el presente. Pero…

¿Qué es exactamente el momento presente? y ¿Cómo se alcanza? 

La mente no es el camino

Si yo dijera: «¡quedémonos todos en el momento presente y concentrémonos en no alejarnos del momento presente!” ¿Cuánto tiempo podríamos aguantar antes de que la mente se dispersara en cualquier dirección? Probablemente de 5 a 10 segundos. Esto ocurre porque permanecer en el momento presente no es algo que se pueda hacer con esfuerzo. No puedes ordenarle a la mente que lo haga. La mente no te obedece porque hay demasiados estímulos alrededor, demasiadas tensiones e impresiones que hacen que la mente se desvíe continuamente hacia el pasado y el futuro. 

Ciertas emociones que llamamos negativas están asociadas solo con el futuro o solo con el pasado. Si te preocupas por el futuro, a menudo estás ansioso y temes por lo que pueda pasar. En cambio, con la mente en el pasado sientes arrepentimiento o culpa. Pensamientos como -“oh, debería haber actuado de otra manera…”- pueden instalarse en la mente y llegar a ser verdaderamente molestos. 

Las distracciones

Para escapar de esto, la mayor parte de las veces buscamos distracciones. Nos decimos a nosotros mismos: «si distraigo mi mente no me preocupará nada de esto». A menudo solo queremos mantenernos ocupados con casi cualquier cosa y nos pasamos el día mirando el teléfono, una fuente ilimitada de entretenimiento y noticias que no tienen ningún impacto real en nuestras vidas. Pero seguimos leyendo historia tras historia y viendo vídeo tras vídeo, porque lleva nuestra mente al exterior y nos distrae, impidiéndonos con ello ser conscientes de nada de lo que ocurre en nuestra dimensión interior. 

¿Pero qué problema hay? Bueno, porque todo el mundo quiere ser feliz y estar en paz. Distraerte puede proporcionar algo de diversión y un poco de felicidad, pero no te permite experimentar la verdadera alegría que está en lo más profundo de ti.

El umbral de estrés

A menudo la gente habla de una experiencia estresante o de un evento estresante, pero en realidad eso no existe. Hay hechos que generalmente estresan a la gente, pero es la forma en que respondemos al hecho, y no el hecho en sí, lo que causa el estrés. Dos personas podrían haber experimentado el mismo evento y una de ellas podría estar muy estresada mientras que la otra persona no experimenta ningún signo de estrés. 

Todo el mundo tiene lo que yo llamo un umbral de estrés. Hay un punto en el que los hechos se vuelven abrumadores y entonces todo tu sistema reacciona. Hay un punto en el que el cuerpo reacciona, la presión sanguínea sube, el cortisol se libera, la mente se pone tensa y la respiración cambia. Por lo tanto, es una respuesta fisiológica completa frente a un evento abrumador. Pero lo que es o no abrumador no es igual para todos y ello se debe a que cada uno de nosotros tenemos nuestro propio umbral de estrés. 

He observado que el umbral cambia a lo largo de la vida y que puede bajar o subir y que para la mayoría de la gente, que no hace nada para lidiar con el estrés, el umbral se hace cada vez más bajo y cada vez se necesita menos para activarlo.

Meditar todos los días: descubriendo el momento presente

A través de la meditación podemos cambiar y deshacernos del estrés y las impresiones de la mente y comenzar a experimentar nuestra propia naturaleza volviendo a la alegría y la espontaneidad de un bebé pero con el intelecto maduro y adulto. 

Las prácticas de meditación profunda y el trabajo con la respiración producen un estado natural de atención que es espontáneo, en el que no tienes que pensar o hacer ningún esfuerzo. Simplemente está ahí.

Una vez lo experimentas, poco a poco comienzas a habitar en el momento presente. 

Autor: Jim Larsen

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