Habiendo sido criada en los Estados Unidos, era consciente de que el ritmo de vida en las ciudades podría llegar a ser estresante y superficial. Sentía la necesidad de frenar un poco y profundizar más en la vida, ir bajo la superficie. Fue entonces cuando descubrí la meditación. Leía cada vez más acerca de la meditación en revistas y periódicos, y la evidencia científica tiró de mi. No mucho tiempo después, la evidencia científica se convirtió en evidencia experimental.
Primer sabor de la vida: Disfrutar de las actividades diarias
Comencé a meditar muy joven (con tan solo 20 años) y he estado meditando desde entonces. La meditación ha sido para mi la receta perfecta para una vida increíble.
Con un sabor recién descubierto de la vida, ¡el disfrute en las actividades diarias!
Al principio, realizaba otra meditación que no era la que se aprende en El Arte de Vivir. Estaba muy contenta con mi meditación. Pero la calma que experimentaba al meditar duraba sólo mientras meditaba. La meditación y las actividades del día a día eran como dos entidades separadas para mí.
Cuando aprendí Sahaj Samadhi, la experiencia fue diferente. Era capaz de mantener la calma y la paz experimentada durante la meditación a lo largo del día. Simplemente empecé a disfrutar de todo lo que hacía, para mi era un nuevo sabor de la vida.
Era mucho más eficiente, me encontraba centrada y tomaba mejores decisiones. Un cambio importante fue que dejé de darle vueltas a las cosas. En su lugar, hacía lo que fuera necesario de inmediato.
Segundo sabor: fuerza para superar las crisis
Con la práctica regular de la meditación, he desarrollado la habilidad de superar cualquier crisis. Empecé a darme cuenta de que cuando medito experimento un descanso tan profundo, me siento tan fresca y radiante, que de alguna manera las cosas no me molestan tanto como antes.
Cuando estamos estresados e irritados, incluso pequeñas cosas pueden molestarnos tanto. Por otro lado, cuando estamos tranquilos y centrados adquirimos la capacidad de pensar con claridad, responder de forma inteligente, y hacer lo que hay que hacer.
Tercer sabor: Ser feliz a pesar de las circunstancias
Una de las grandes crisis que experimenté fue cuando, dentro de un corto período de tiempo, murieron mis dos padres y terminó mi matrimonio. Justo antes de eso, mi hija había sufrido un grave accidente y estaba aun recuperándose. Cuando todo esto ocurrió, definitivamente me sentí un poco de tristeza, pero no me sentí superada, esto no me rompió, sabía que la meditación me había hecho más fuerte para navegar a través de todo. Lo sorprendente fue que incluso en medio de toda esta crisis, me sentía feliz».
Cuarto sabor: mejor salud
Me di cuenta de que la meditación tiene un inmenso poder curativo. Tiene inmenso poder protector contra las enfermedades. Con la práctica regular, enfermarme es una cosa rara. Y si enfermo, me recupero rápidamente.
Cuando meditamos, cada célula de nuestro cuerpo descansa y se fortalece. Por lo que gana la habilidad de evitar las tensiones y las enfermedades.
De la misma manera que una máquina a la que se le pone aceite funciona mejor, la meditación es el aceite de nuestro cuerpo para una vida más larga y saludable.
Quinto sabor: disfrutar del servicio
Con todas las increíbles experiencias que había vivido al comenzar a meditar, sentí la necesidad de salir y enseñar a la gente a ser más fuerte. Así, en 1968, empecé a enseñar a meditar. Desde entonces he enseñado a muchas personas de diferentes orígenes, países, religiones y edades.
Una de mis mejores experiencias ha sido enseñando meditación en las cárceles. Los presos tenían tales experiencias. La transformación en la mayoría de ellos fue inmensa e inmediata. Compartieron que nunca habían sentido tanta alegría y que nunca habrían hecho lo que hicieron de haber aprendido antes a meditar.
Rompiendo mitos
Poco a poco, a medida que meditaba regularmente, muchos de mis mitos acerca de la meditación se rompieron.
Uno de los mitos que tenía era que tenía que meditar durante horas para experimentar la verdadera paz de la mente. Ese mito se rompió en India cuando Sri Sri Ravi Shankar, fundador de El Arte de Vivir, nos llevó a un templo a meditar. Al salir, estaba bastante segura de que había meditado por más de una hora, pero solo habíamos meditado 15 minutos ¡Sentía una paz tan intensa!
Un mito que muchas personas tienen es que la meditación implica concentración o algún tipo de visualización. Pues bien, a partir de mi propia experiencia de hacer y enseñar la meditación Sahaj Samadhi, he aprendido que es al revés. La meditación Sahaj Samadhi es completamente sin esfuerzo. Solo tienes que sentarte con los ojos cerrados, y sin esfuerzo te encontrarás meditando.
Pero si es la capacidad de concentrase y estar más centrado uno de los beneficios de la meditación . Muchos jóvenes meditadores han compartido que con la práctica regular son capaces de concentrarse mejor en sus estudios.
Otro mito muy común que la gente tiene es que la meditación está relacionada con alguna religión o pertenece a un grupo particular de personas. He enseñado a meditar a tantas personas de tantas religiones, y todo el mundo se ha beneficiado.
¡En estos días, la meditación es tan importante para todo el mundo! Hoy en día se espera tanto de nosotros, en el hogar, en el trabajo, en la escuela… tienes que ser enérgico, estar centrado y tener una habilidad extra para poder gestionar todo lo que es necesario. Por todo esto se necesita paz mental más que nunca, no importa si eres musulmán, cristiano, católico, hindú, seguro necesitas la meditación a tu lado, y los que la tienen, tienen ventaja sobre el resto.